Los domingos siempre nos levantamos tarde pero no deja de ser un día, en el que podemos disfrutar de un desayuno con más tiempo y más placentero al paladar por ello, este bizcocho típico, tiene un toque más esponjoso y diferente por ser de nata, si eres de la que la nata no te gusta, puedes estar bien tranquilo que no lo notarás en el sabor y está buenísimo, ideal para hacer si tienes visita en casa, puede sacarte del apuro de una visita sorpresa ya que, son ingredientes que puedes tener en la cocina sin necesidad de ir a comprarlos a última hora. La receta la saqué del blog de LRF una web muy elaborada, con una usabilidad muy cómoda y en el podrás encontrar recetas muy ricas y también, muy divertidas. Yo he cambiado la cantidad en algunos de los ingredientes pero el resultado ha sido muy bueno, básicamente porque voló entre todos los paladares que la probaron! Os animo a hacerla y a que me comentéis qué tal os ha ido.
3 huevos
250 gr de mantequilla a temperatura ambiente
400 gr de harina (si es de repostería, de la que venden especial para bizcochos, mejor)
300 gr de azúcar
200 ml de nata líquida para montar
1 sobre de levadura tipo Royal
1 pizca de sal
1 cucharada de esencia de vainilla
Pasos para su elaboración
1. Blanquear los huevos con el azúcar, es decir, batir con un batidor de varillas hasta que tengan un color blanquecino y aumenten de volumen, unos 10 minutos.
2. Agregar la nata, la vainilla y la mantequilla, y seguimos batiendo.
3. Añadir la harina, la sal, y la levadura, y mezclamos con una cuchara hasta que esté todo bien mezclado.
4. Poner la crema en un molde engrasado y enharinado, precalentar el horno a 170 º y hornear durante 45 minutos, dependiendo del molde que usemos. Para asegurarnos que está hecho, pinchar el centro del bizcocho con un cuchillo, si sale seco, está listo.
5. Dejar enfriar y desmoldar.
Se puede conservar como el resto de bizcochos y cocas dentro de una bolsa o recipiente cerrado e incluso, según el blog de dónde hemos sacado la receta, se puede congelar.
